domingo, 27 de septiembre de 2009

Compendio.



Estoy tranquila porque dejo todo en tus manos y se que lo vas a cuidar, pero tengo miedo porque te dejo pensando y se que me vas a olvidar. En este momento, amapola, necesito deshacerme de la mochila que llevo, espero que sepas comprender que si no hablamos no es porque no te quiera o porque no me acuerde de vos, simplemente es porque cada vez que te escucho me dejas como una hoja en blanco. Se que hay algo que quiero decir, pero no se bien que es, ni como hacerlo, no sirvo para las despedidas, prefiero que sean rápidas y sin nada que escuchar. Se acerca el desenlace me siento en una calle, te agachas, te paras, me paro, te miro y te acercas en la espera de sentir como hace un tiempo, en el mismo lugar de aquellos tiempos esas cosquillas que marcaron el principio de un futuro, que cambiaron un futuro que nunca fue y que ya no espera ser. No te enojes conmigo Darling amor, aunque a veces tus sentimientos sean tristes y ya no pueda estar ahí para escucharte, siempre hay oídos que escuchan, si ya se que no son los mios, pero no todo es fácil en la vida, vos lo sabes mas que nadie, yo lo se mas que vos. Tengo piedad, tené piedad, dame paz, dame aire, dame algo en que pensar, cuídame de vos, te cuido de mi, te cuido de lejos, sabés donde estoy.

Frío de Sábado.

Sábado otra vez, pensando que hacer, deseos de una nena que empieza a crecer. En la espera desespero, en mis sueños yo te encuentro, en el agua tu reflejo me atormenta desde lejos. Se que estas leyendo lo que no estoy escribiendo, la mano es la que habla, la mente es la que ve, el corazón es el que piensa, la boca es la que besa. Caigo en la red, en la tela de araña no me puedo mover, se acerca la reina, me quiere comer, yo me dejo, me entrego, me rindo a sus pies. Que se ilumine la pantalla, que vibre una vez mas, que suene con tu nombre, tu voz quiero escuchar, malditos los minutos que yo dejo pasar. La luna te encandila en el patio de atrás, en el cielo una estrella no deja de brillar. Escuchaste mis palabras, mandaste una señal. Vuelvo a respirar.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Divergencia.

Hoy me siento reflejada en cada canción, creo ser la inspiración de cada poeta, del amor, del desamor, de las canciones que se tocan en un Si bemol. Y una divergencia entre cabeza y corazón es lo que me impulsa a escribirte algo hoy. Palabras, siempre palabras, nunca tu imagen en carne viva, nunca tu piel lastimada por el sol. Ayer, hoy fueron días de nostalgia y desamor, todos los caminos me llevaban hasta vos, me acorde un poco de mas de tu nombre, lo que fuiste y lo que sos, y al fin pase la hoja que escribí hace ya un tiempo y al releer todo lo que un día fue, logre entender. Se que tenes una necesidad, la diferencia es que yo se que te necesito y vos no sabes que necesitas, se que queres ver, la diferencia es que yo se que quiero verte y vos no sabes para donde mirar, se que queres querer, la diferencia es que yo se que te quiero y vos tenes miedo de querer. No digas nada que me pueda lastimar, yo ya lo se, es una tontería, son momentos nada más; de pronto vienen, como vienen se van, y a la mañana todo vuelve a su lugar, porque al fin y al cabo estoy donde tengo que estar: Lejos de vos.

Sobra aire.

Acá me siento a escribir. En que me estoy convirtiendo? Que me estas haciendo? No puedo ordenar las ideas, ya no hay nada quieto aquí, no puedo contener las caricias cuando tu piel se acerca a mi. Llévame a volar alto, pero no me dejes caer, soy frágil por dentro, creo que empiezo a entender. Voy con los ojos cerrados, voy hasta vos, tu perfume me guía en la noche, estoy al borde de perder la rozón. El amor todo lo puede, y empiezo a olvidar el temor, ya no me falta el aire, solo quiero estar con vos. Dejo fluir el impulso de lo que quiero para los dos, paciencia es lo que te pido mi petit enfant amour.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Libre.

Vidrios como paredes, transparencias, reflejos. Te miro y no te toco, cerca, del otro lado del cristal. Intento acercarme, rodearte. En el vértice del cubo te proyectas, y ahora en una bidimencionalidad multiplicada por ciento de veces te volves infinita. Naturalmente humana en tus movimientos, ficción en tus pensamientos. Escalo las paredes de la pecera artificial, jure liberarte de esa prisión, cajita de muñecas donde te encontras. Estoy arriba tuyo, a punto de romper tu irrealidad, tenes miedo? Todo lo que toco, quiebro, golpeo con furia, dolor. El líquido vital ya no corre por mis venas, se libera al exterior, se desliza por mis manos, y ahora más liviana me paro en la arista de lo que quedo. Por delante el vacío, por detrás tu emancipación. Yo por vos, caigo.

Humo.



Mas que decir cuando solo quedan cenizas y un papel para escribir, cuando ya no queda nada, solo la luna en mi ventana, fiel oyente de mis locuras, de mis miedos y tus traumas. Escribo y duermo, duermo, escribo y respiro, respiro y vuelvo a escribir. Y me sumerjo en mi hábitat innato, que apaga el fuego de los papeles, que acaba con el humo, con tu imagen amorfa en blanco y negro, regalo de la combustión. Y quemo, quemo lo que escribo, queman mis manos, mis dedos, mi cuerpo entero. El tiempo lo cura todo y todo vuelve a ser locura un día escribí, una noche quemé y una mañana enloquecí.

Destino.

Incoherente destino, soberbia incasualidad. Puedo oler tu perfume pero decime en donde estas. Nunca quise equivocarme, pero eso suele pasar, yo intentaba curarte pero te termine de lastimar. No puedo ir a buscarte, el viento me empuja para atrás, la arena me ancla al piso como un barco en alta mar. Como toda historia siempre hay algo de ficción, un poco de vuelo para esta loca imaginación. Hace frío y esta estufa no calienta, mucho menos al colchón. En una punta del pueblo se reivindica el amor en una fiesta para dos, mientras que en la otra hay una cama de dos plazas para un solo corazón, una hoja escrita en un solo renglón y la luz tenue de un viejo velador. Se acabaron los cigarros, una Quilmes y la música del antaño grabador, el teléfono no suena y faltan quince para las dos. A veces me siento el rey del mundo y otras veces un simple peón que se queda temeroso en el casillero de su color. A veces juego a lo seguro y otras apuesto todo al veintidós, el loco, el desquiciado, el que sigue sin razón. A veces desaparezco, soy como humo en el viento, una moneda en la fuente de la suerte, un peatón que cruza por una esquina de Hong Kong. A veces me voy para volver mejor, y otras simplemente me voy para no volver, otras veces digo basta y otras tantas el basta me lo dicen a mí. La noche se deforma y uno la quiere enfrentar, pero ganan los pensamientos y así la empiezo a cruzar. Si duermo pierdo el tiempo, si pienso puedo perder mucho más. Destino imperfecto, basta para todos, basta para mi

Amor

Ahora que llegaste te puedo contar todo lo que pasé solo por esperarte, los besos que malgaste con simples companías, los abrazos que tire por un rato de fantasía. Ahora que llegaste no puedo entender como antes te confundía con cualquiera, si la perfección existe, claro que si, y vos sos perfecta para mi. Ahora que llegaste sabrás que muchas veces salí a buscarte, pero que solo una tuve la suerte de encontrarte. Ahora que llegaste podré contarte de esas noches desesperantes y lo mucho que llegue a necesitarte. Ahora que llegaste déjame explicarte de que manera me cambiaste, como lograste llenarme y la forma en que pudiste encantarme. Ahora que llegaste y yo estoy escribiendo para vos, ahora que después de obnubilarme bajo a mi la inspiración, ahora mi amor, dejame darte todas las cosas que estos años guarde para vos.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Ventanas.

A mi me gusta asomarme y mirar por esa ventana, ver a la gente pasar, sus acciones, como se desenvuelven, como reaccionan a los estímulos de la ciudad, solos, acompañados, con el perro atado a la mano, comiendo un helado de agua; ver los autos, la velocidad, los colores del semáforo, alguna imprudencia quizás. Cada vez que voy a esa casa y entro a ese cuarto, me subo a la cama y paso algún minuto en la ventana. Apoyo mis brazos y saco mi cabeza, la desplazo de mi cuerpo buscando alguna nube donde descansar. De día pega el sol con intermitencias, de noche una brisa fresca acompaña el sueño. Desde que la vi incluida en esa pared, hay algo de ella que me atrapa, que me llama la atención. La posibilidad latente, el riesgo inminente, oportunidades varias, quizás me recuerda a alguna que otra alma en pena, que historia esconderá, la pregunta más frecuente. Cuando está cerrada, parece impenetrable, hermética, te mantienen a salvo, te protegen del mundo, en cambio cuando permanece abierta, dejan al aire un espacio para traspasarte, a veces te lastima y duele, pero te permiten sentir. La gente mediocre, indecisa, gente con miedo, prefieren las ventanas entreabiertas, se dejan, pero no, no del todo, solo un poco, cuando tienen ganas. Simple pero compleja clasificación, así son las almas, así son las ventanas del alma.

Pendientes en el tiempo.

La noche arrazo la perfección, el tiempo muy temprano nos unió, no estas listo para mi amor, y quedaron los estigmas, una marca en mi piel, una vista a la inmensidad por compartir, planes que jamás se van a concretar, son pendientes en el tiempo. Vos vas por un camino, yo por otro, lo acepto, te respeto, pero realmente no lo entiendo. Mi conducta es reprochable, siempre lo es, me precipite, lo se. Tarde o temprano iba a pasar, tus miedos y mi forma de ser chocando están. Versátil pétalo de sal, profunda y clara comunicación, fanática convicción, misterioso, raro y casual amor. En tus ojos la perversión, en tus manos una canción, en tu voz la melodía que me arregla el corazón, en tus palabras las mías, en tu forma la ilusión, en vos la inspiración. Y así empieza tu capitulo en mi libro: Será en otra vida, pero yo se que va a ser.

Perfecta Imperfección.

Mis ojos guardan el recuerdo de tu imagen sin color.
Mis oídos el recuerdo del sonido de tu voz.
Mi nariz guarda el recuerdo del aroma de tu cuello.
Mi boca se muere con el recuerdo de tus besos.
Y mis manos aun guardan el recuerdo de tu perfecta imperfección.

Puedo decirte exactamente en que parte de mi se guardan todos esos recuerdos, y como llegaron ahí. Seria una charla aburrida, una mas entre tantas y de todas formas nunca entenderías que estoy hablando de vos.