miércoles, 16 de septiembre de 2009

Libre.

Vidrios como paredes, transparencias, reflejos. Te miro y no te toco, cerca, del otro lado del cristal. Intento acercarme, rodearte. En el vértice del cubo te proyectas, y ahora en una bidimencionalidad multiplicada por ciento de veces te volves infinita. Naturalmente humana en tus movimientos, ficción en tus pensamientos. Escalo las paredes de la pecera artificial, jure liberarte de esa prisión, cajita de muñecas donde te encontras. Estoy arriba tuyo, a punto de romper tu irrealidad, tenes miedo? Todo lo que toco, quiebro, golpeo con furia, dolor. El líquido vital ya no corre por mis venas, se libera al exterior, se desliza por mis manos, y ahora más liviana me paro en la arista de lo que quedo. Por delante el vacío, por detrás tu emancipación. Yo por vos, caigo.

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